domingo, 19 de agosto de 2012

LAS CARRERAS DEL FUTURO



Los tiempos cambian y las exigencias del medio son cada vez más grandes, esto es algo que se da en diferentes campos, entre ellos el de las carreras profesionales. A continuación veamos un ejemplo de cómo han evolucionado las cosas:

Martín (Un padre de familia en el 85):

 “Hijo es importante que sigas una carrera que te permita desarrollar, tanto a nivel profesional como económico. El Derecho es una carrera apasionante, la Medicina no sólo es una carrera altruista, sino que suele dar cierto status y si te gustan los números, la Ingeniería sería excelente para ti. Las tres carreras que te he mencionado son las de mayor demanda en estos tiempos”.

Mateo (Un padre de familia en el 2011):

“Hijo que bueno que te guste la matemática, considero que Ingeniería es una buena opción para ti, pues dentro de ella hay una variedad de ramas, hasta hace más de 15 años, la mayoría de ingenieros eran civiles, mecánicos, industriales, de sistemas o electrónicos, ahora existe la Ingeniería Mecatrónica y pronto habrá una Facultad de Ingeniería Mádica, la cual integra los componentes de la Ingeniería Electrónica y la Mecatrónica”.

Como vemos en ambos casos existe el interés por parte de los padres en asesorar a sus hijos de la mejor manera posible, sin embargo, se aprecia en el ejemplo más actual, las carreras se han ido especializando, pues estas tratan de ir acorde a las necesidades reales de cada región o país. Es por ello, que las casas de estudio (universidades o institutos superiores) vienen presentando mallas curriculares innovadoras, con estructuras muy distintas a lo antes visto.

Estas carreras tal vez sean la respuesta para aquellos jóvenes que se arriesgan al apostar por una carrera profesional, poco conocida o innovadora. Sin embargo, antes de elegir una carrera es importante que cuenten con información debida, es allí donde la presencia de los padres cobra vital importancia, ya que ellos pueden acompañar a sus hijos en el conocimiento de un universo de profesiones totalmente renovadas o desconocidas.




Entre las nuevas carreras universitarias que tenemos para este o el próximo año figuran: Diseño Profesional de Interiores, Ingeniería de Gestión Empresarial, Diseño Profesional de Modas, Administración y Negocios del Deporte, Ingeniería Madica, Gestión Tributaria, Auditoria Empresarial y del Sector Público, Ingeniería Ambiental, Derecho corporativo y Psicología del Consumidor. Las mismas que se unen a las preferidas por los adolescentes como son: Medicina Humana, Administración de Empresas, Negocios Internacionales, Turismo y Hotelería, Marketing, Arquitectura, Sistemas, Agroindustrias y Gastronomía.

Si bien muchos padres tienen el tiempo reducido para dialogar sobre estos temas con sus hijos, es importante hacer un alto en las actividades, con la finalidad de analizar la mejor opción en lo que respecto a su futuro profesional. Esta actividad es parte de las exigencias que como padres deben tener, comprometiéndose a estar a la vanguardia de las nuevas generaciones. Recordemos que las personas exitosas son siempre aquellas que eligieron la carrera más adecuada, porque reconocieron en ella su vocación lo cual los ayuda a lograrse como personas que encuentran en lo que hacen la felicidad.

miércoles, 15 de agosto de 2012

LA DEPRESION EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

UNA COMPAÑIA DESTRUCTIVA 
Es posible que en alguna ocasión hayamos escuchado las siguientes expresiones: “Mi amiga está pasando por un proceso depresivo”, “Luego de una ruptura amorosa, el hijo de mi prima entró en un cuadro depresivo”, “El empezó a deprimirse luego de perder el trabajo”, o tal vez hemos visto a algún familiar, amigo o conocido con algunos síntomas depresivos. Es decir, es usual manejar este término en el mundo adulto. Sin embargo, la depresión no es un trastorno propio de esta etapa de desarrollo.
Los seres humanos en general, pasamos por situaciones difíciles, pero cada uno de nosotros de acuerdo a su experiencia va encontrando estrategias de afronte a estos acontecimientos. Sin embargo, hay un grupo de personas que en lugar de tomar una actitud proactiva, suelen desarrollar pesimismo, apatía y lo que es peor desesperanza.
Frente a todo esto, es importante señalar que la depresión, es una categoría diagnóstica que tiene características distintas en las primeras etapas de desarrollo y la adultez, por lo que es importante estar alerta a determinados síntomas y signos que nos podrían estar hablando de un cuadro depresivo en la infancia, la niñez o la pubertad.


Según la Clasificación de Cero a Tres años (From Zero to Three) – La Guía de desordenes mentales en niños de 0 a 3 años – La depresión es una categoría dada a que ellos niños que muestran las siguientes características:

  1. El disturbio en el afecto y el patrón de comportamiento deben representar un cambio a la conducta y ánimo habitual del niño.
  2. Presenta un ánimo depresivo o irritable (este aspecto no está incluido en el cuadro de desarrollado por adultos) y anhedonia (falta de placer o gusto por realizar actividades cotidianas) el cual deber persistente y en parte no debe estar relacionado a periodos de tiempo en los cuales el niño haya pasado por experiencias tristes o intimidantes (por ejemplo: ver un show televisivo triste o haber sido castigado). La palabra “persistente” significa que está presente la mayor parte del día en un periodo de al menos dos semanas.
  3. Los síntomas deben ser  invasivos ocurriendo en más de una actividad o situación y en más de una relación (padres, amigos, compañeros de clase, amigos del deporte u otras actividades). Si los síntomas depresivos ocurren solo en el contexto de una interrelación.
  4. Los síntomas que presenta el menor, deben ser causantes de un claro deterioro en el funcionamiento general o impiden su desarrollo.

A todo esto podemos hablar de la depresión mayor, la misma que requiere de 5 de los siguientes síntomas que a continuación se detallan, los mismos que deben estar presentes la mayor parte del día por al menos dos semanas y deben estar incluidos uno de los primeros dos síntomas:
  1. Animo depresivo o irritable durante la mayor parte del día, evidenciados ya sea por expresiones directas del niño (Por ejemplo: “Estoy triste”) o por observaciones hechas por otros. (Por ejemplo: “El niño parece triste o está lloroso”, “Parece que estuviera sufriendo, pero no dice nada).
  2. Marcada disminución en el interés y el placer por todas o casi todas las actividades que realiza como: iniciar de un juego, interactuar con sus cuidadores, continuar con sus clases de música, entrenamiento deportivo, etc. la mayoría de días. Puede evidenciarse por el niño a través de frases (Por ejemplo: “Nada o casi nada me divierte”) o a través de observaciones de otras personas (“Parece ya no interesarle el futbol”, “Ya no se divierte bailando cuando antes lo disfrutaba mucho”).
  3. Pérdida o aumento de peso significativo (Por ejemplo: cambio en más del 5% del peso corporal en un mes) o  aumento o disminución significativa en el apetito. Es importante señalar que el no alcanzar la ganancia de peso esperada en bebes o infantes, puede ser un síntoma de depresión.
  4. Trastornos en el sueño: Pudiendo observarse la falta de sueño (insomnio), sueño excesivo (hipersomnia) y en otros casos, terror nocturno (periodos de crisis al dormir, en los cuales el niño en estado de somnolencia grita, llora y habla de manera desesperada, sin control).
  5. Agitación o retardo psicomotor que se ha observado por otros (“Pareciera estar desbordado, como si su conducta no tuviera un fin determinado”, “Ella actúa con una lentitud que desespera a sus compañeros”)
  6. Fatiga o pérdida de energía.
  7. Evidencia de sentimientos de inutilidad o culpa inapropiada los cuales suele verbalizar: “Yo tengo la culpa de todo”, “no puedo hacer nada bien”.
  8. Disminución de las habilidades cognitivas en especial, sus habilidades para pensar y/o concentrarse, (esto debe haber sido observado por terceros por varios días). En niños pequeños estos síntomas pueden aparecer como dificultad en la resolución de problemas, lentitud en la respuesta hacia sus cuidadores y/o atención sostenida.
  9. Alusiones recurrentes a temas de muerte o suicidio o intento de auto daño. El niño puede demostrar que estos síntomas a través de pensamientos actividades, juegos o conductas potencialmente peligrosas. (jugar en el borde de la ventana.


Conforme pasa el tiempo, los niños tienden a desarrollar otras conductas que deben ser tomadas en cuenta, pues podrían ser indicadores de depresión, a continuación algunos síntomas que podrían añadirse a los anteriores, en niños mayores a los 3 años:
  1. Llanto inmotivado: Los “lloriqueos” por situaciones mínimas deben ser observados y analizados con detenimiento, pues no siempre son una respuesta relacionada a una rabieta o berrinche, en ocasiones son producto de la inestabilidad emocional del niño.
  2. Quejas somáticas: Es común que los niños empiecen a desarrollar quejas relacionadas problemas de salud como por ejemplo: espasmos bronquiales, dolores de cabeza o de estómago, mareos, vómitos, etc. Muchas de estas quejas tienen una base emocional que activan la predisposición a desarrollar un problema de salud física.
  3. Detenciones del desarrollo: La falta de desarrollo físico en ocasiones es producto de alteraciones hormonales relacionadas con el desbalance hormonal, a consecuencia de estados depresivos.
  4. Fobia escolar: Los niños pueden mostrar sentimientos fuertes de angustias o ansiedad frente a la separación o a situaciones escolares, desarrollando ideas que lo hacen sentirse indefensos o poco seguros de sí mismo.
  5. La encopresis y la enuresis o trastornos en la eliminación: Se observa un marvado déficit en el control del propio cuerpo, el cual refuerza los sentimientos de culpa y vergüenza en el niño.
 En el caso de niños mayores de 7 años pueden aparecer otras conductas como:
  1. Agresividad: el niño descarga su agresividad al exterior, la misma que puede ser manifestada de un modo verbal o  conductual.  Insultos y golpes hacia los demás pueden aparecer como una forma de expresar su falta de continencia emocional.
  2. Sensación de aburrimiento: Reportan ellos mismos que están aburridos en casa, en clase, en el recreo, que no desean hablar con los demás o que nada les parece importante.
  3. Problemas de conducta y de adaptación escolar.
  4. Inicios de comportamientos relacionados a cuadros de anorexia: Niños no sólo no desean comer, sino que tienden a vomitar lo que comen, sin que muestren algún problema gastro esofágico.
  5. Alteraciones en la esfera sexual o hipersexualidad: Los niños pueden desarrollar conductas autoestimulatorias como una forma de alcanzar gratificación en su cuerpo, considerando que el medio es percibido como hostil y con pocas posibilidades de satisfacción emocional. Se busca a través del propio cuerpo la satisfacción que las relaciones interpersonales no le permiten alcanzar.
  6. Preguntas angustiadas y repetitivas acerca de la muerte o el más allá.
Durante la adolescencia podríamos agregar algunas características con un matiz más antisocial
  1. Conducta negativista o claramente antisocial: Hurtos, consumo de alcohol y/o drogas.
  2. Sentimiento de no ser comprendido (alienación) o aprobado.
  3. Desgano absoluto o parcial para cooperar en actividades familiares.
  4. Tendencia a recluirse en la propia habitación, evitando el contacto con las personas de su entorno y fuera de este.
  5. Desinterés por el aseo personal.
  6. Dificultades escolares: Bajas notas, escaso nivel de producción, expectativas de éxito nulas frente a la actividad académica.
Como podemos apreciar existen múltiples indicadores de depresión tanto en infantes, niños y adolescentes. Es por ello, la importancia de la cercanía de los padres en cada etapa de la vida. Aquellos padres que estén cerca de sus hijos podrán prevenir o detectar un cuadro depresivo y actuar de inmediato. En todos los casos, la detección es el primer paso, para ello tanto los padres y el colegio deben tener una comunicación abierta y fluida.
Recordemos que la mayor parte de cuadros depresivos son controlados y superados,  con apoyo de psicólogos y en ocasiones con profesionales médicos de la salud mental, pero sobre todo con el apoyo de la familia.